viernes, 25 de noviembre de 2011

el mecanismo de la investigación científica

Una investigación se inicia siempre a partir de la observación de los hechos, de los que se obtienen leyes y conclusiones de orden más general. Pero los hechos por si mismos no explican nada, de modo que la investigación consiste en comprender la relación interna que existe entre ellos y en conocer las leyes de su nacimiento y desarrollo.
Una vez realizada la observación se deberán encajar los resultados obtenidos en un esquema coherente en el cual todos los hechos observados encuentren una explicación y estén unidos entre si. Esta es la segunda etapa de la investigación, es decir, formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos de manera lógica y coherente, para lo que será necesario tener fantasia creadora mediante la que se pasa de reflejar la realidad a adquirir la capacidad de conocerla y modificarla. Se conoce porque permite formular hipótesis que más tarde se comprobarán de acuerdo con los hechos, y se modifica porque nos permite crear mentalmente la imágen de aquello que no es, pero que pretendemos alcanzar.
Además la fantasía se complementa con la intuición, gracias a la cual el pensamiento analiza solo las versiones mentales fantásticas más verosímiles o racionales formuladas en relación con un determinado fenómeno. A pesar de ser fundamental, la fantasía debe estar controlada por una lógica ferrea y rigurosa.
La tercera etapa del trabajo científico consiste en comprobar que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad de los hechos, observándolos de nuevo y profundizando en el análisis de los hechos ya conocidos. Queda claro pues que el único criterio para comprobar la validez de una hipótesis es la mayor o menor correspondencia de los hechos reales con las teorías formuladas.
La cuarta y última etapa del trabajo científico consiste en modificar o sustituir las hipótesis anteriormente formuladas con los resultados de la comprobación realizada anteriormente. De esta manera, la investigación se puede resumir en el siguiente esquema: observación de los hechos, formulación de las hipótesis, nueva observación de los hechos ... y así hasta el infinito.

Según Schumpeter , la elaboración teórica (formulación de hipótesis entre los fenómenos) y la observación de los hechos (análisis) se complementan mutuamente pero no coindicen, y, por tanto, ninguna puede sustituir a la otra. Sin embargo la falta de uno de estos dos aspectos hace que la ciencia deje de existir. En definitiva, la ciencia nunca puede reducirse a la pura teoría abstracta ni a la pura investigación empírica.
Una duda muy común en el trabajo científico es saber si la investigación se debe iniciar en la formulación teórica o, por el contrario, en el análisis empírico. La respuesta de Schumpeter es que la elaboración de una visión global de la realidad precede al análisis de los hechos empíricos, porque la ciencia consiste en crear hipótesis y someterlas a una verificación experimental, y no en descubrir reglas generalizando los hechos observados. Es verdad que los hechos constituyen la base de una elaboración teórica, pero el hombre posee una serie de conocimientos y observaciones empíricas, constituido de forma más o menos espontánea.

El trabajo de un investigador se integra siempre en el seno de la actividad investigadora colectiva humana, porque no solo utiliza los hechos observados y analizados por él mismo, sino también los descubiertos y analizados por otros, tanto con los hechos como la hipótesis. La investigación de ese científico será utilizada por otros, lo que conlleva a la formación de un cuadro cada vez más profundo de la realidad objetiva y al acercamiento a la comprensión de la realidad. Todo esto constituye una etapa del camino que nos acerca a la verdad como tal, es decir, a la verdad absoluta.

De todas estas características peculiares del proceso de conocimiento se derivan dos importantes consecuencias. La primera es que el investigador debe haber iniciado una elaboración propia, como condición para utilizar los resultados de las investigaciones hechas por otros. Si la elaboraciones, es critos y libros de los demàs no sirven para completar o corregir las ideas propias, se caerá inevitablemente en el eclecticismo, ya que el individuo obtiene un pensamiento del que carece.
La segunda consecuencia es que no solo las concepciones y las ideas evolucionan históricamente, sino que también lo hacen los conceptos que las expresan, por lo que todo investigador debe crear por sí mismo el aparato conceptual que necesita.

De todo lo anterior se deduce que toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto, para lo que utiliza un determinado método de investigación, que al ser aplicado da una determinada visión científica de la realidad. Mientras que el objeto de investigación permanece relativamente estable, el método de investigación evoluciona con cada etapa del desarrollo científico, y es enriquecido por la obra de cada nuevo investigador a medida que se suceden las visiones de la realidad que ofrece la ciencia. Por lo tanto, en la ciencia lo esencial es el método, porque la visión de la realidad que nos proporciona es un esquema en constante evolución que solo representa una verdad relativa. Y puesto que el objeto de la ciencia no es ofrecer una determinada visión, sino poder proporcionar una visión de la realidad cada vez más exacta que la anterior, el método científico es el instrumento que permite llevar a cabo este proceso.



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