viernes, 25 de noviembre de 2011

Que es una concepción del mundo

Una concepción del mundo no es un saber ni un conocimiento en el sentido científico del término, sino que se trata de una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto que se ponen de manifiesto en situaciones como simpatías y antipatías por ciertas ideas o personas, las reacciones acríticas a estímulos morales ... Esos principios, aunque el sujeto no se los formule siempre, están explícitos en la cultura de la sociedad en que vive, pero la existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo no permite averiguar fácilmente cual es la concepción del mundo realmente activa en esa sociedad, ya que ésta concepción no consiste en ser un reflejo directo de la realidad social y natural vivida.

Las concepciones del mundo suelen presentar puntas concretas como el credo religioso-moral o los sistemas filosóficos. Los sistemas filosóficos fueron los más abundantes hasta el Siglo XIX, pero fueron perdiendo campos temáticos poco a poco en favor de las ciencias positivas. La caducidad de la filosofía sistemática se debe a la implantación del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna, que se caracteriza en primer lugar por su intersubjetividad, ya que todas las personas entienden su formulación del mismo modo, y en segundo lugar por su capacidad de posibilitar previsiones exactas. La filosofía sistemática carecía de estos dos aspectos, lo que la convertía en un pensamiento más vago y menos operativo.
Las concepciones del mundo carecen también de estos dos rasgos porque dichas concepciones contienen esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por la verificación empírica y la argumentación analítica del conocimiento positivo.

Una concepción muy importante históricamente es la concepción marxista del mundo o concepción materialista y dialéctica. Tiene por objetivo terminar con el estupor de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados, siendo una concepción del mundo explícita. La idea fundamental es que la consciencia puede ser dueña de si misma por mero esfuerzo teórico, que enlaza con que la concepción marxista no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo.
No es una filosofía, sino una simple concepción del mundo que tiene que sostenerse en las ciencias reales y no en una sustantiva ciencia de la ciencia, que supone por tanto la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico.
Para esta concepción no hay cpnocimiento aparte por encima del positivo, y como su punto de partida es la ciencia real, dicha concepción no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma.
A esta motivación se le conoce en términos filosóficos con el nombre de inmanentismo, o lo que es lo mismo, la explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos del mundo, y no en instancias ajenas o superiores al mundo.
Los dos principios fundamentales de la concepción marxista son el materialismo (según el cual el mundo debe explicarse por sí mismo) y el principio de la dialéctica (tratar y entender todo aquello que la ciencia positiva no puede recoger). Mientras que la ciencia positiva se basa en análisis que prescinden de la peculiaridad cualitativa de los fenómenos que estudia, el pensamiento dialéctico tiene como ámbito de estudio las totalidades concretas, donde se encuentran los individuos vivientes, las situaciones concretas y el universo como totalidad.

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